lunes, 11 de marzo de 2013

Mariposas bajo cero

Nubes de algodón de azúcar. Animales de terciopelo y fuentes de caramelo y chocolate. 
Todo parece dulce, feliz, vivaz -¿Lo ves?- hasta los príncipes y princesas soñados.
Niñas de enormes lazos rosas sujetándolas el pelo recorren el palacio de mano de sus pequeños príncipes. Una realidad un poco alejada cuando transformas a esas princesas, esos cisnes que tienen un porvenir del color de rosa, en esas grandes mujeres de la alta esfera de Manhattan, donde antes de ponerse una gran sonrisa, no les falta su bolso de Gucci.
Donde la inseguridad desaparece subiéndose a unos tacones y tatuándose una estrella encima del culo. La inocencia parece que queda metida en el bolso y esas princesas ya son mujeres solo con pintarse los labios de rojo -Pasión-. Pasan del algodón de azúcar a cigarros baratos y de príncipes azules a amores fugaces solucionados en el capó de un bonito Cadillac.
Al final, ese palacio de ensueño, esos vestidos rosas conjuntados con enormes lazos rosas, las golosinas... tú príncipe; solo acaban siendo fantasías con tu vestido rojo de PRADA en ese delicioso yacuzzi.